Carta de Jesús Santos dimitiendo de sus cargos orgánicos en Podemos

En enero de 2014 viví una experiencia que cambió mi manera de ver la vida. Fuimos a la huelga de basuras durante más de dos semanas en una verdadera lucha por evitar que el Ayuntamiento de Alcorcón, en aquel momento en manos del Partido Popular, privatizara nuestra empresa pública de limpieza.

De aquellos días saqué dos lecciones. La primera, que las herramientas de las que el pueblo se dota para la lucha (sindicatos, asociaciones, partidos…) son siempre medios al servicio de un fin mayor: el bienestar de la gente. La segunda, que si queríamos acometer cambios verdaderamente sustanciales para nuestro pueblo necesitábamos poder político y eso se conseguía gobernando

2015 fue el año de Ganar Alcorcón. Aunque ya no se recuerde, el nacimiento de la fuerza municipalista no estuvo exenta de polémica y no recibió todas las simpatías entre las entonces llamadas “fuerzas del cambio”. Sólo recordaré que la primera persona que en las municipales de 2015 me dijo “¡un basurero no puede gobernar!” no fue del PP. Dejémoslo ahí. Se dice el pecado, pero no el pecador.

En el año 2016 se nos presentó la oportunidad de formar parte de Podemos y entré en su ejecutiva autonómica. Los morados habían renunciado a presentarse a las elecciones municipales del año anterior y abrían la puerta a que muchos de los que procedíamos de las candidaturas municipalistas de ese ciclo electoral pasáramos a formar parte de un partido que, en aquel momento, aspiraba a cambiarlo todo.

2019 estuvo caracterizado por la ruptura de nuestro espacio en Madrid. La situación fue muy delicada y temía de verdad que tanto el cambio en Alcorcón como el rumbo en decenas de grandes municipios de la región se vieran comprometidos por los efectos que podría generar el hundimiento de Podemos. Di un paso al frente y presidí la gestora regional en un momento complicado. A la vez, di un paso a un lado, me alejé de los focos autonómicos y dejé a la entonces candidata autonómica hacer su campaña. Esto mismo volvería a repetirlo en 2021 y 2023, donde acompañaría lealmente sendas candidaturas con la esperanza de lograr un cambio en la región. Como evolución natural de mi responsabilidad en la gestora, en 2020 asumí la Coordinación General de Podemos en la Comunidad de Madrid, que intenté practicar con discreción, lealtad y alejándome voluntariamente del protagonismo para evitar dualidades que lastraran al proyecto.

Volviendo algo más atrás, el año 2019 fue el del cambio en Alcorcón, el primer éxito de nuestra línea política municipalista. Bajo la coalición “Unidas Podemos – Ganar Alcorcón” logramos el cambio, obtuvimos uno de los mejores resultados de España y sellamos un acuerdo de Gobierno que fue referente para todo el país. 

Durante 4 años logramos resolver la crisis de las basuras y nos atrevimos a tomar las riendas de la gestión, no limitándonos a ser el socio “crítico” o “menor” del Gobierno, sino reivindicando como nuestro ese ejecutivo y poniendo nuestro capital político al servicio de la ciudad para impulsar transformaciones que sirvieran de faro de la esperanza y permitieran que nuestros vecinos se sintieran orgullosas y orgullosos de nuestra ciudad

Durante todos estos años desarrollamos una estrategia municipalista, centrada en interpelar en todo momento a nuestros vecinos en vez de a las militancias, volcando enormes esfuerzos en una gestión que diera resultados concretos y articulando una comunicación en positivo, basada en aquellos asuntos que nos permitían abrir ventanas de esperanza, reforzar nuestra identidad municipal y enviar un mensaje optimista: que otro futuro es posible.

Yo tenía mi hipótesis municipalista, la puse en práctica y tuvo un resultado refrendado mediante el voto popular, el único que, a mi juicio, es inapelable. Un 16% de voto para Ganar Alcorcón en 2023, un resultado que no sólo fue inédito en España sino que nos permitió revalidar el Gobierno municipal en un momento de hundimiento del espacio, consiguiendo que actualmente tengamos el mayor peso en el Gobierno de nuestra historia.

Mis diferencias políticas con el núcleo dirigente de Podemos son hoy enormes. Basta con ver cómo he practicado la política estos años en mi municipio y cómo lo han hecho ellos para constatar que vemos las cosas de manera diferente. Especialmente durante este último año, los caminos que hemos emprendido, en los hechos, son diametralmente opuestos. 

Los resultados electorales de esta línea política también son reveladores, con un derrumbe tanto autonómico como municipal generalizado en todo el país del que sólo nos salvamos las experiencias que nos atrevimos a ensayar prácticas políticas diferentes a las pregonadas por el núcleo duro de la dirección.

Lo fácil sería decir que Podemos se ha movido de su posición durante todos estos años, algo que sería cierto pero incompleto. Lo honesto es reconocer que todas y todos, sin excepción, nos hemos movido porque el país ha cambiado y eso ha exigido, sin renunciar a nuestros principios, de nuevos diagnósticos, nuevas apuestas estratégicas y una enorme variedad de toma de decisiones concretas. Ese no es el problema. El problema es que lo hemos hecho en direcciones opuestas y, lo que en 2016 cabía dentro de Podemos, hoy ya no cabe debido al refuerzo de una línea política centrada en su auto-afirmación y en levantar unas fronteras cada vez más gruesas. Un recorrido del núcleo morado que es legítimo pero que no comparto. 

Las últimas y más notorias discrepancias han sido las relativas al nacimiento de Sumar. La negativa del núcleo morado a participar en Magariños se hizo en base a una profecía autocumplida que ha terminado con un choque total e incomprensible para la amplia mayoría de la población. En vez de hacer valer su capital político para influir sobre el rumbo estratégico de esta nueva herramienta, el núcleo dirigente de Podemos entendió este proceso como una competición por la propiedad del espacio. Daría para una reflexión más profunda, pero mi discrepancia principal radica en que no creo que los espacios políticos “preexistan” a la voluntad del pueblo y que baste con ocuparlos, sino que es la gente, con su voto, la que acaba validando o rechazando las diferentes propuestas estratégicas y políticas. En esencia, Sumar no se explica principalmente por determinadas maniobras particulares, sino porque, a tenor de la nueva realidad política, una parte del país nos reclama que hagamos las cosas de manera diferente. Ahí está el fondo del asunto.

No soy partidario de las cartas que se escriben para contentar a todo el mundo. El espacio de la transformación debe normalizar las discrepancias políticas y buscar, con sensatez, maneras para expresarlas y resolverlas o, en el caso de que no fuera posible, esforzarse por gestionarlas con responsabilidad para que no castiguen al país y su gente. Debe hacerlo, a la vez, sin paños calientes y sin reproches personales. Esto no va de personas, va de qué propuesta política es la que permite a España ganar un futuro más próspero, justo y sostenible en el que podamos vivir mejor.

Con esta carta presento la dimisión de todas mis responsabilidades en Podemos y confirmo que abandono el proyecto morado. Lo hago dejando patente, a la vez, mi discrepancia con el rumbo que la organización ha decidido emprender y mi respeto hacia toda la buena gente con la que he tenido el placer de trabajar durante todos estos años. Tengo la esperanza de que volvamos a reencontrarnos en una situación más propicia que nos permita seguir cambiando el país, juntas y juntos.

Por otro lado, no me gustaría despedirme sin dejar claro que los éxitos logrados en Alcorcón son un patrimonio de todo el espacio político. Nosotros no cabemos en Podemos, pero en Ganar Alcorcón cabe todo el mundo. Las puertas de nuestro proyecto están abiertas a todas las personas que, independientemente de su afiliación política, quieran sumar para seguir construyendo un Alcorcón que mire al futuro con esperanza. Porque de eso va la política y de eso va esta carta.

Atentamente,

Jesús Santos

Jesús Santos dimite de sus cargos orgánicos de Podemos 1

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Salimos a Ganar Alcorcón - Jesús Santos alcalde 2023